sábado, 14 de julio de 2012

5.000 Kms por Marruecos -1-


5.000 Kms POR MARRUECOS


INTRODUCCIÓN.
Teníamos pensado ir de viaje a Egipto, pero la situación allí se empezó a complicar y decidimos pensar en una alternativa.
-       ¿Por qué no vamos a Marruecos en moto?.- dijo ella.
Sí, lo dijo ella. Aún recuerdo cuando me compré la moto y me decía que ella sólo montaría por ciudad… jeje. Como aquello sonó como música celestial para mis oidos nos olvidamos de Egipto (por el momento) y comenzamos a planificar el viaje, nuestro primer “gran” viaje en moto juntos y en solitario.
La ruta sería algo así, saliendo desde Madrid y cruzando el estrecho desde Tarifa a Tanger:



25-02-2012 – MADRID – TARIFA – 704 km

Entre unas cosas y otras salimos algo más tarde de lo planeado, sobre las 9 de la mañana, pero a cambio ganamos en temperatura y no pasamos frío durante las horas de autopista.
Nos lo tomamos con tranquilidad, por lo que decidimos quedarnos a dormir en Tarifa y desde allí cruzar el estrecho al día siguiente.
Rocío aguanta como una jabata los primeros 700 km de autopista del tirón de su vida.

 
26-02-2012 – TARIFA – TARIFA – 0 km
Después de un rico desayuno estilo andaluz montamos todos los cachivaches sobre la moto y ponemos rumbo al puerto. Unos pocos metros me sirven para notar que algo no va bien en la moto, nos bajamos y…. ¡¡la rueda está pinchada!! No me lo podía creer, nunca había pinchado, ni en el coche ni en la moto, y tiene que ocurrir a las puertas de comenzar “la aventura”. 

 
Aunquer llevo un kit antipinchazos decidimos buscar a alguien que nos lo arreglase, ya que nunca he usado un kit de esos y nos esperan mucho kilómetros por delante. Como Murphy se apunta a todos los viajes que organizo, resulta que es domingo y no hay manera de encontrar a alguien que lo pueda arreglar. Decidimos entonces quedarnos una noche más disfrutando de Tarifa y el espléndido día soleado que hace, y partir el lunes despúes de arreglarlo. 







 
Al cabo de unas cuantas horas de la playa al pueblo y del pueblo a la playa, Rocío se da cuenta de que el lunes es el día de Andalucía, por lo que el taller es probable que tampoco abra. Volvemos al hostal a confirmarlo, y efectivamente nos dicen que el día de Andalucía allí no trabaja nadie. ¿Otro día perdido de viaje andando sin rumbo por Tarifa? No nos gusta nada esa idea. La de cruzar a Marruecos y arreglarlo allí que seguro que trabajan un domingo tampoco nos gusta mucho. Recurro entonces a la asistencia en carretera de seguro, con esperanzas de que lo pueda arreglar.
[yo] – Buenas tardes, tengo una rueda pinchada y solicito asistencia.
[seguro] – Muy bien. Dígame la matrícula de su moto.
[yo] – 4137 FMV
[seg]- Un momento por favor…. Ummm… ese vehículo no aparece en nuestro registro… Dígame su nombre y DNI por favor.
[yo] – Fulanito de Tal.
[seg] -  Un momento por favor…. Usted aparece aquí como titular de una póliza de un coche.
[yo] – Ah….eh… bueno…mejor llamo al seguro de la moto, muchas gracias.
[Rocío] – ¡¡ jajajaja !! (múltiples carcajadas)

A la segunda lo consigo y al cabo de un rato llega el tipo de la grúa, sin grúa, en un destartalado coche particular de principios de los 80 (por lo menos). Creo que ha dejado la partida de dominó del bar para venir a mi aviso, su boina y su palillo entre los dientes lo delatan. Dice que lo más que puede hacer es poner una masilla en el agujero, pero que no sabe si aguantará el viaje. Muy educadamente le digo que prefiero que no toque mi moto por nada del mundo.

En cambio este personaje nos aportó una información de gran ayuda. El día de Andalucía no era el lunes, ¡sino el martes!, por lo que el taller estaría abierto. Rocío se había autoconvencido por alguna razón desconocida de que era el lunes, y había conseguido convencernos a mi, a todos los del hostal y a medio pueblo. El poder de convencimiento que tiene esta chica es sorprendente, os lo digo yo.

 

27-02-2012 – TARIFA – KENITRA – 200km

A media mañana ya tenemos la rueda arreglada y cogemos el ferry rumbo a África (¡que bien suena!). Una vez en el otro lado la aduana resulta mucho más sencilla que las otras veces que había bajado. El trámite del pasaporte se hace en el propio barco y el trámite del vehículo fue bastante rápido y sin gorrillas pesados. Tan solo fue pesado un policía que no paraba de repetirle a Rocío “¡beisbol! ¡beisbol! ¡beisbol!” una y otra vez, porque no se había llegado a quitar el casco de la moto.
Una vez que pudimos rodar libres tomamos la carretera que discurre paralela a la costa atlántica, hasta Asilah, donde nos tomamos nuestro primer té.

 
Empieza a caer el sol y enfilamos la autopista para ir directamente a un hotelito que ya conocía en Kenitra. Allí salimos a cenar a un lugar que nos recomiendan en el hotel, en el que pedimos un tajin de kefta (carne picada). Se trataba de unas mini albóndigas batante especiadas, algo fuertes para una cena. Yo pensaba que todos los tajin traían verduras o sémola, pero resulta que no es así.
Nos marchamos al hotel a intentar digerirlo.

28-02-2012 – KENITRA – ESSAOUIRA – 472 km

Primer desayuno marroquí y de nuevo a la autopista. Excepto el tramo que cruza Rabat, que es de 60 km/h, la autopista es buena. Pasamos a carreteras nacionales a la altura de El Jadida.

Ahí ya la cosa cambia y el tráfico empieza a enloquecerse. Los camiones circulan a una velocidad endiablada, la línea continua es simple decoración sobre la calzada y los carros tirados por burros comienzan a aparecer. ¡Por fin empieza la diversión!


Refrigeración por aire
 
Paramos a comer en un sitio a pie de carretera, y lo que hasta ahora había sido pan comido gracias al perfecto francés de Rocío, se empieza a complicar. ¿El tajin lleva carne? Sí. ¿Y que más hay? Brochetas. ¿Entonces el tajin lleva carne? No. Finalmente nos traen un tajin sin forma de tajin y unas brochetas sin pincho.
El resto de la carretera no es mala, aunque se nos hace un poco larga. Una vez en Essaouira nos buscamos un hotelito en la playa, con vistas al mar.

 
Damos un paseito mientras cae el sol y nos volvemos al hotel a cenar, ya que no nos quedan fuerzas para adentrarnos en la medina. Además, nos toca un rato de limpieza de chupas y pantalones, por que las gaviotas del lugar nos han dado la bienvenida muy efusivamente.



 


29-02-2012 – ESSAOUIRA – AGADIR – 181 km

Tras un nefasto desayuno en el hotel, nos adentramos en la medina. Es bastante pronto, por lo que practicamente todos los comercios estan cerrados. Con el paso del tiempo la medina comienza a cobrar vida, los comercios extienden sus productos con sus imposibles montañas de especias y las calles se llenan de gentío, carros, carretas y por si fuese poco excabadoras, ya que media medina se encuentra en obras. 






 
El puerto pesquero de Essaouira tiene bastante fama, por lo que decidimos ir a visitarlo. 




 
A pesar de las obras esta ciudad me ha gustado mucho. Por lo que había leído me la imaginaba mucho más turística, menos auténtica.
Volvemos  a subirnos a nuestra montura poniendo rumbo a Agadir. La carretera tiene buen firme y estupendas vistas. 


 
Nos desviamos de la carretera principal para visitar Immesouane. A los pocos metros de desviarnos noto que Rocío me da golpes en los hombros y que intenta decirme algo. Decelero, me subo la visera y oigo a Rocío gritando  “¡¡el árbol de las cabras!! ¡¡el árbol de las cabras!! ¡¡el árbol de las cabras!!” . Paro como puedo y me dice que acabamos de pasar el árbol de las cabras. Se trata del Argan, un árbol en cuyas hojas las cabras encuentran un auténtico manjar, por lo que se suben por sus ramas, literalmente. 




 
El aceite del argan es famoso por sus propiedades en el uso de cremas y jabones, lo que explica la cantidad de puestecillos ambulantes que habíamos encontrado por la carretera vendiendo este aceite en todo tipo de botellas de refrescos reutilizadas.


 
Pero el desviarnos hacia Immesouane no fue para ver el árbol de las cabras, que fue casualidad encontrarlo, sino llegar hasta esta pequeña localidad costera, cuna actual de hippies y surferos.


 
Reanudamos la ruta hasta la carretera principal, atravesando el parque natural de Tamri, donde las vistas de la carretera y el mar se vuelven espectaculares, aunque nos azota el viento con fuerza.
Llegamos a Agadir, encontramos un modesto hotelito y como en cualquier ciudad playera europea nos vamos a disfrutar del paseo marítimo y de una rica cena con un ridículo pero entrañable cantante en directo. 




Dios, la patria y el rey

1 comentario:

  1. Bufff!! Me estás poniendo los dientes largos!! En 15 días me voy para allí en solitario, podrás leer la crónica en www.noimportaeldestinosinoelcamino.com

    Felicidades por tu crónica, sigo leyendo ;)

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